Lamentablemente, la mera mención de un email de marketing es suficiente para infundir terror en la mayoría de usuarios de correo electrónico de todo el mundo. A menudo, lo asociamos con un constante bombardeo por parte de empresas que tratan de persuadirte para que compres sus productos. Aunque estos emails no se reciban a diario, suelen estar mal compuestos, tienen un formato equivocado, o no están adaptados para la persona que los recibe.
LOS EMAILS DE MARKETING SE HAN CONVERTIDO EN UNA PRÁCTICA COMÚN
Internet ha liberado un manantial de conocimientos. Sin embargo, muchas empresas ven esta hambre de información como una luz verde para las inscripciones por correo electrónico. Comprar un producto o mostrar interés en una compañía es muy distinto a acceder a tener noticias suyas a diario. Por ello, muchas empresas ven cómo sus listas de email se reducen drásticamente, pero no son conscientes de lo que están haciendo mal. Dado que los clientes a menudo se sienten sobrecargados de información, las empresas intentan atrapar su atención por cualquier medio. Y la forma más lógica y directa es a través de sus bandejas de entrada.
Si el número de suscriptores de tu empresa no es tan alto como esperabas, tendrás que realizar ciertas adaptaciones sencillas pero eficaces a la vez. Aunque implementes todos los consejos, el éxito no está garantizado. Tu lema debe ser siempre: “¿Qué quiere el cliente?”, y no “¿Qué quiere mi compañía?”.
1: MENOS ES MÁS
Uno de los aspectos más importantes que debes revisar es: ¿Con qué frecuencia reciben tus clientes tus emails? ¿A diario? ¿Una vez a la semana? ¿Una vez al mes? Si la respuesta es a diario, lo más probable es que el 26% de tus suscriptores se den de baja debido a esa frecuencia. Una encuesta realizada en el 2016 por MarketingSherpa, averiguó que la asiduidad con la que se reciben los emails es el principal motivo para darse de baja. Además, al centrarse en empresas concretas, el 19% de los usuarios afirmó que si un negocio les contacta con demasiada frecuencia, esto hará que cancelen su suscripción.
Si a diario es demasiado, ¿cuál es la frecuencia ideal? En el mismo año, otra estadística publicada por MarketingSherpa descubrió que la preferencia general es de al menos una vez a la semana, opción que fue elegida por un 60% de los participantes. Por el contrario, solo un 15% prefería recibir correos diarios. Menos es mucho más, sin duda. Empieza con un email semanal, y comprueba la tasa de suscripciones hasta que encuentres el punto óptimo para tu base de clientes.
2: ENTIENDE LAS NECESIDADES DE TUS CLIENTES
Puede que no te sorprenda saber que el segundo motivo más común para darse de baja es que “los mensajes no me interesan”. Así como la vida de tu empresa cambia, también lo hace la de tus clientes. Solo porque un cliente se suscribió hace tres años para recibir emails, no significa que siga estando interesado. Observando el índice de clics, una empresa puede adaptar sus correos electrónicos para ofrecer a sus clientes más de lo que desean. Es muy fácil conseguir suscripciones a tus listas de email y asumir que el trabajo ya está hecho. Deberás evaluar de forma periódica tu base de clientes y sus necesidades, con el fin de evitar que aumenten las bajas. Envía únicamente avisos de venta que sean relevantes para tus clientes.
3: LA VENTA AGRESIVA NO SIEMPRE FUNCIONA
Prácticamente en todos los espacios libres hay un póster, pancarta, taza o valla publicitaria intentando hacer lo mismo: vender. Vemos anuncios tan a menudo que muchos de nosotros nos hemos vuelto inmunes. ¿Cuántas veces has visto en la televisión un anuncio de rebajas por cierre de temporada que parece no acabar nunca? Y lo mismo se puede decir de los emails. Muchas empresas envían emails infográficos para prácticamente todas las ofertas que tienen. Si no compré algo la primera vez, lo más probable es que no lo vaya a hacer ahora; y si lo hice, es muy poco probable que necesite otro artículo de la misma oferta.
La mejor forma de evitar este tipo de fatiga es variando el contenido. Envía un email cada dos meses con actualizaciones sobre tu negocio o eventos interesantes en el sector del consumidor. De esta forma, cuando tengas algo que le interese, el efecto será mucho mayor. Se trata de generar entusiasmo entre tus clientes. Los emails deben tener un tono que refleje los valores de tu empresa.
4: OFRECE OTRA OPCIÓN
Volviendo al consejo número 2, algunos de tus clientes podrían pertenecer al 15% que prefiere recibir correos diarios, mientras que el resto podría encontrarse en la categoría de la frecuencia mensual. Ofrecer a tus clientes la posibilidad de elección es una forma de empoderarlos a la vez que mantienes su interés. De esta forma, podrán elegir la frecuencia con la que reciben noticias tuyas. Si no es una opción en el momento de suscribirse, puede ser un incentivo cuando vayan a pulsar el botón para cancelar su suscripción. Pon un cuestionario rápido preguntándoles por qué se quieren dar de baja, y comprueba si la opción de cambiar la frecuencia de contacto les mantiene en tu lista de emails.
5: OFRECE FORMATOS PARA TODOS LOS DISPOSITIVOS
Como era de esperar, más del 50% de los emails se abren en dispositivos móviles. Si tu email de marketing contiene una imagen muy pesada, ¿se cargará bien en un dispositivo móvil? Solo dispones de segundos para captar la atención del cliente; si los malgastas esperando a que el mensaje se cargue, prepárate para una dramática reducción de suscriptores. Ciertas herramientas de mail marketing, como Litmus, te permiten ver el aspecto de tus correos electrónicos en múltiples dispositivos. Esta es una herramienta esencial para asegurarte de que todo tu público tenga la oportunidad de ver tu contenido.
Todos los mensajes deben estar formateados apropiadamente, con diseños coherentes y sin errores tipográficos. Muchas empresas realizan importantes inversiones para asegurarse de que sus blogs y artículos sean editados de forma correcta. Y lo mismo se puede aplicar a los emails. Los consumidores suelen ser más críticos con los correos electrónicos profesionales y, por ello, un contenido de calidad es de la máxima importancia.