Aunque hay muchos motivos válidos para traducir el contenido de tu web (es bueno para el marketing y SEO, es más inclusivo, etc) podría ser menos beneficioso de lo que crees. Vamos a echar un vistazo a algunas de las razones por las que es posible que traducir una página web no sea buena idea.
1: DEMASIADO TRABAJO PARA MUY POCA RECOMPENSA
Si vas a traducir tu web, deberás hacerlo lo mejor que puedas, y hacerlo bien supone mucho trabajo. Es cierto que podría generar resultados en forma de visitas adicionales, pero tendrás que preguntarte si el esfuerzo invertido merece la pena para lo que obtienes a cambio.
En algunos casos, no cabe la más mínima duda. Pero si te resulta abrumador o las traducciones son pobres, correrás el riesgo de reducir la calidad del contenido y posiblemente de ofender a otras culturas. Así que, antes de traducir tu contenido, hazte preguntas como, “¿Cuántas de estas visitas se van convertir en clientes?”. Si las respuestas no te satisfacen, podría ser el momento de replanteártelo.
2: EL INGLÉS SIGUE SIENDO LA LENGUA DOMINANTE
Uno de los argumentos más comunes a favor de la traducción del contenido es que el número de usuarios de internet que hablan otros idiomas está aumentando… y es cierto. Pero, ¿cuántas de esas personas también hablan o entienden inglés? Y no solo eso, el número de usuarios de habla inglesa también está creciendo. La investigación indica que alrededor del 59% de los 10 millones de webs más visitadas están en inglés.
En el mejor de los casos, deberás ofrecer un contenido traducido si trabajas principalmente con mercados de habla no inglesa. Aunque algunas startups, por ejemplo, se manejan muy bien solo con el inglés. Pero una vez que decides internacionalizarte, la traducción y la localización son dos aspectos fundamentales.
3: CÉNTRATE EN LO IMPORTANTE
Si tienes una pequeña empresa de e-commerce y te encargas de gestionar el marketing, la publicidad, el pago de sueldos y las operaciones diarias, ya sabrás que el tiempo es muy valioso y limitado. Tendrás que centrarte en lo que te proporcione la mayor cantidad de clientes e ingresos. La mayoría de las veces, esto se puede desglosar en ofrecer un servicio al cliente de calidad para incentivar las compras repetidas, y un marketing eficaz que atraiga nuevos clientes.
Si crees que merece la pena traducir el contenido a un idioma específico porque fomenta la participación de tu base de clientes objetivo, prioriza esa traducción de modo que utilices tu tiempo y recursos acertadamente. Por ejemplo, si ves que atraes a un amplio sector del mercado de habla hispana, no habrá necesidad de ofrecer tu contenido también en mandarín y holandés. Céntrate en los mercados e idiomas que sean más relevantes para tu negocio.
4: SINTAXIS, MODISMOS Y LOCALIZACIÓN
La sintaxis es lo que hace que cada idioma sea distinto, y los modismos y frases hechas son exclusivos de cada lengua o cultura. Y volviendo al primer punto, por eso es tan importante no apresurarse ni descuidar la traducción del contenido. Si usas un programa como Google Translate, recibirás una traducción palabra por palabra que no tendrá en cuenta el contexto ni la personalización. Una frase en un idioma puede tener un significado totalmente distinto en otro si no está localizada correctamente.
Una estrategia integral de traducción es en realidad un trabajo de localización/transcreación, ya que cada lengua tiene sus propios matices culturales que también se extienden a las imágenes y a otras facetas del marketing. Si tus textos traducidos no trasmiten eso, no beneficiarán a tu negocio.
5: ES MUY FÁCIL COMETER ERRORES
Por si aún te quedan dudas, la traducción supone un montón de trabajo. Dicho esto, es muy fácil cometer errores. Algunos de los errores de traducción más frecuentes son: no tener en cuenta los cambios de SEO y palabras clave, no localizar el servicio de atención al cliente, traducir a demasiadas lenguas (para evitar esto, comprueba la analítica de tu web para ver de qué países proceden tus visitas), errores de traducción digital, etc.
Además de utilizar contenido traducido, deberás verificarlo para comprobar su exactitud y presentación, lo cual requiere de un segundo par de ojos (con experiencia). Para evitar errores de publicación, siempre es aconsejable trabajar con traductores nativos que tengan unos conocimientos profundos tanto del inglés como de la lengua meta.
Ahí las tienes. Aunque a veces es buena idea traducir el contenido de una web, otras no lo es, y eres tú quien deberá sopesar los beneficios y el esfuerzo que tendrás que invertir para tomar una decisión que beneficie a tu marca o negocio.