El día tiene un límite de horas. Sin embargo, parece que tratamos de incluir una cantidad de actividades cada vez mayor en el tiempo que pasamos despiertos. Curiosamente, a veces conseguimos terminar menos tareas en los días que más ocupados estamos.
Aunque tengamos mucho tiempo, nuestra capacidad para concentrarnos está influenciada por muchas variables. Para ayudarte a mejorar tu concentración y productividad, vamos a analizar estos factores y a proporcionarte unos consejos prácticos para que puedas cumplir tus objetivos diarios.
PRODUCTIVIDAD VS CONTRAPRODUCTIVIDAD
Piensa en esos días laborales en los que llegas tarde a casa sintiéndote completamente exhausto/a ¿Cómo empezaste la mañana? ¿Qué habías planeado para el día? ¿Cuántas de esas tareas lograste completar? Son preguntas muy importantes.
Es posible que recuerdes que empezaste a trabajar sabiendo que tenías mucho que hacer, por lo que decidiste no perder el tiempo y empezar de inmediato. Sin embargo, incluso con tanto trabajo acumulado, te pusiste a navegar por las redes sociales, intentando no perder la concentración. Al final, solo terminaste dos tareas y media de tu lista de cinco. ¿Cómo explicas esto?
Se trata de un error muy habitual. Obligarte a ser demasiado productivo/a es en realidad contraproducente. Si te pones unas metas diarias poco realistas y con demasiadas tareas, acabarás sintiéndote impaciente, lo que a su vez afectará a tu capacidad de concentración de forma negativa. Es posible que intentes hacer varias cosas a la vez, lo que es aún peor.
Muchas personas se enorgullecen de su capacidad para realizar varias tareas de forma simultánea. Sin embargo, la multitarea está sobrevalorada. En realidad, es mejor tener la capacidad de concentrarse en una sola tarea cada vez. Esta capacidad te ayudará a mejorar tu concentración y productividad.
La presión de tener que llevar a cabo demasiadas tareas también hará que seas mucho más susceptible a las distracciones. Además, podría empujarte a un pozo de procrastinación continua, que es el colmo de la contraproductividad, y una forma segura de sufrir bloqueo del escritor.
ACTIVIDAD FÍSICA VS ACTIVIDAD MENTAL
La mente no puede concentrarse cuando el cuerpo está inquieto, y el cuerpo no se puede relajar cuando el cerebro está ansioso. Piensa en esta frase durante un minuto.
Volviendo a nuestro ejemplo anterior, cuando intentas hacer muchas cosas a la vez en el trabajo, lo más probable es que hayas descuidado ciertos rituales matutinos. Quizás consistan en ponerte al día con los compañeros, disfrutar de una taza de café, hacer flexiones, o leer noticias o artículos de blogs interesantes.
Estas son el tipo de cosas que te ayudan a ponerte en marcha; y, si primero te ocupas de las necesidades de tu cuerpo y mente, estarás mejor equipado/a para potenciar tu concentración y productividad. Todo lo que evites hacer para ahorrar tiempo puede afectar de forma negativa a tu enfoque y motivación.
No tomar suficientes descansos, saltarte un entrenamiento, no comer bien, u obligarte a seguir cuando ya no puedes más, afectarán a tu capacidad de concentración. Y si no duermes lo suficiente, te despertarás al día siguiente con menos energía para terminar todo lo que te queda por hacer.
CÓMO MEJORAR LA CONCENTRACIÓN EN EL TRABAJO
Ahora que ya hemos visto algunos de los obstáculos y distracciones más frecuentes, vamos a hablar de lo que puedes hacer para mejorar tu concentración y mantenerte centrado/a durante la jornada laboral.
PRACTICA LA MEDITACIÓN
Con tantas cosas en las que pensar, es fundamental aprender a no concentrarse en nada. Meditar es un reto para algunas personas, pero incluso si solo logras hacerlo durante 10 minutos al día, sentirás sus efectos positivos. La meditación alivia el estrés y despeja la mente. Seguro que puedes dedicarle 10 minutos cada mañana antes de encender tu portátil.
HAZ EJERCICIO POR LAS MAÑANAS
El ejercicio físico también es beneficioso para la mente. Con una carrera de solo 30 minutos en la cinta liberarás suficiente dopamina como para mantener la mente relajada durante todo el día. También puedes optar por una sesión de yoga, ya que esta disciplina combina el ejercicio físico con la meditación. ¡Así matarás dos pájaros de un tiro!
Si no sueles madrugar y no crees que puedas levantarte temprano para hacer ejercicio, no te preocupes. También puedes ejercitarte por la tarde-noche después del trabajo. Esto además te ayudará a dormir mejor. En realidad, no importa cuándo lo hagas, siempre que hagas ejercicio de manera habitual.
TOMA DESCANSOS CON FRECUENCIA
Puede que te sorprenda, pero tomar frecuentes descansos cortos tiene un efecto mucho más positivo que las pausas largas. Programa tu alarma en intervalos de 90 minutos y descansa 5-10 minutos. Importante: no dediques esos descansos a revisar el móvil sin ton ni son. Da un breve paseo, haz un sudoku, prueba unas posturas de yoga, o realiza una visita virtual a un museo.
Elige cualquier cosa que implique hacer ejercicio físico o que estimule la actividad cerebral. Incluso podría ser algo productivo que no esté relacionado con el trabajo; como, por ejemplo, repasar vocabulario con una app para aprender otro idioma. Comprobarás que un descanso corto pero efectivo aumenta tu capacidad de concentración.
PON MÚSICA DE FONDO
Podrías pensar que el silencio favorece la concentración, pero no es así. La música suave de fondo puede ayudarte a mejorar la concentración, si lo haces de forma adecuada. Claro que, no todas las melodías son aptas para todos los trabajos. Echa un vistazo a estas listas de reproducción recomendadas para potenciar la productividad y el enfoque.
Obligarte a ser demasiado productivo/a es en realidad contraproducente. Si te pones unas metas diarias poco realistas y con demasiadas tareas, acabarás sintiéndote impaciente, lo que a su vez afectará a tu capacidad de concentración de forma negativa.
CÓMO MANTENER UN NIVEL DE ENERGÍA ALTO
Para conservar un nivel de concentración básico deberás tener suficiente energía, y ya no digamos para aumentarlo. ¿Cómo puedes hacer esto? Escucha a tu cuerpo; así de sencillo.
PROCURA DORMIR LO SUFICIENTE
No hace falta decirlo, pero el sueño es lo primero que sacrifican las personas que siempre están ocupadas. Si quieres hacer muchas cosas durante el día, tienes que sentirte completamente renovado/a. Y no creas que se puede compensar una sesión de trabajo nocturna levantándote más tarde al día siguiente. Una vez que permaneces despierto/a el tiempo suficiente para agotar tus reservas, el daño está hecho. Tus niveles de energía no se recargarán como de costumbre. Acuéstate temprano; punto.
Este consejo no es para todo el mundo, pero para algunas personas funciona de maravilla. También puedes echarte una siesta regeneradora a mitad de la jornada laboral. Limítala a un máximo de 30 minutos, ya que deberás evitar que se convierta en una siesta propiamente dicha. Si no logras conciliar el sueño en esa media hora, no sigas intentándolo; levántate y vuelve al trabajo, y prueba otra vez al día siguiente. Podría pasar una semana hasta que funcione. O puede que no funcione en absoluto. En ese caso, cíñete al plan original: acostarte temprano.
ALIMÉNTATE DE FORMA APROPIADA
Muchas personas ocupadas se sienten fatigadas con frecuencia pero deciden ignorarlo. Sin embargo, no comer adecuadamente suele ser un acto involuntario. A veces, estás tan preocupado/a que simplemente te olvidas de comer. Incluso si antes has sentido que te ruge el estómago, se te puede pasar en un momento. A la larga, esa sensación acabará con tu energía.
Así que, procura comer en determinados momentos a lo largo del día. Plantéate programar una alarma. Si sueles pedir comida, prueba a hacer el pedido con antelación, de manera que la recibas a una hora determinada. Otro consejo estupendo es asegurarte de tener siempre una reserva de snacks en el trabajo. Un frutero le dará un toque alegre a tu escritorio, y te proporcionará vitaminas saludables entre tarea y tarea. Productos como las barritas de granola o las sopas instantáneas son muy prácticos para tenerlos en los cajones de tu mesa.
CÓMO AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD
Después de los consejos anteriores para aumentar la concentración y conservar la energía, es hora de ver algunas formas efectivas de potenciar la productividad general en tu vida diaria.
ELIMINA LAS DISTRACCIONES
Identifica las distracciones más apremiantes y haz lo que tengas que hacer para eliminarlas. Para la mayoría de las personas, esto significa bloquear los smartphones. Las notificaciones que iluminan la pantalla son para algunos demasiado tentadoras para ignorarlas.
Es recomendable poner en tu estado “no molestar”, algo que también puedes hacer en tu ordenador. Y trabajar sin conexión durante la mayor parte de la jornada, o tener solo una ventana o pestaña abierta.
Asegúrate de mantener tu entorno ordenado. Un entorno de trabajo desordenado puede distraer muchísimo. De repente, esa pila de cartas sin abrir es más interesante que lo que tienes entre manos. Guarda todo en las zonas designadas para ello.
Esto es especialmente difícil para quienes trabajan en casa ya que deberán hacer un mayor esfuerzo para separar su vida privada de la vida laboral. La mejor solución es disponer de una zona de trabajo separada que imite una oficina real en todo lo posible. Abstente de trabajar en el sofá donde te relajas con tus amigos y ves la televisión, y trata de no usar la misma mesa en la que comes.
CREA UNA LISTA DE TAREAS REALISTA
Haz un resumen de las tareas que eres capaz de completar de forma realista en una jornada de trabajo. Es mejor que haya pocas que demasiadas. Siempre podrás añadir más cuando las hayas terminado. Visualiza esas tareas de forma práctica. Esto te ayudará a concentrarte en una cosa cada vez. Por ejemplo, divide todas las tareas entre las columnas “pendientes”, “en curso” y “terminadas” de un tablero Kanban.
DIVIDE LAS TAREAS EN PARTES MÁS PEQUEÑAS
Todas las tareas son mucho más fáciles de realizar cuando se dividen en partes más pequeñas. Muchas de ellas conllevan actividades múltiples, por lo que se pueden dividir en subtareas. Concluir cada subtarea te mostrará tu progreso hacia la finalización de la tarea principal. Esto también tiene un efecto alentador.
Esta subdivisión de tareas no se puede hacer en un tablero Kanban, pero hay una gran cantidad de software de gestión de proyectos excelentes que te pueden ayudar. Muchas herramientas realmente intuitivas te permiten hacer un seguimiento de tus avances con diferentes opciones de visualización en forma de porcentajes, diagramas, gráficos o tablas.
HAZ PRIMERO LAS TAREAS MÁS PESADAS
¡Lo primero es lo primero! Decide qué tareas son las más difíciles o necesitan más tiempo. Por lo general, la gente suele posponer estas tareas el mayor tiempo posible, lo que es un gran error.
Haz primero esa parte de tu trabajo, preferiblemente por la mañana, cuando tienes más energía. Cuando las finalices, la parte más dura del día habrá terminado, y el resto de las tareas te parecerán un soplo de aire fresco en comparación.
ALTERNA ENTRE TAREAS INTERESANTES Y ABURRIDAS
Cuando acabes la tarea más difícil, te quedará una lista de tareas más pequeñas, de las cuales algunas serán más agradables que otras. Procura alternar entre las que te resultan más interesantes y las que te parecen más aburridas. De esta forma, siempre tendrás una tarea amena cuando acabes las más monótonas.
CÓMO MEJORAR LA CONCENTRACIÓN Y PRODUCTIVIDAD EN EL TRABAJO: CONCLUSIÓN
Como ya hemos comentado, intentar llevar a cabo muchas tareas a la vez y limitar tus recursos vitales no es una buena forma de mejorar el enfoque, la productividad ni la concentración. Cuida de tu mente y cuerpo, ya que ambos deberán estar en plena forma para conseguir el máximo rendimiento.
Después de leer los consejos anteriores, decide cuáles vas a integrar en tu jornada laboral y toma las medidas necesarias para hacerlo. Esto podría implicar tomar apuntes o usar una hoja de cálculo. Pero, una vez que hayas realizado los cambios necesarios, podrías sorprenderte de lo mucho que mejora tu concentración.
