Todos hemos estado ahí, con la mirada fija en el cursor parpadeante y la ansiedad por las nubes mientras nuestra mente, normalmente llena de palabras, sigue en silencio.
El bloqueo del escritor es tal y como suena: por alguna razón, el escritor se “bloquea” y es incapaz de producir. No es algo que solo le pase a nuevos escritores, también afecta a los más experimentados y hasta a los más brillantes, como F. Scott Fitzgerald, Herman Melville, Adele, y Charles Schultz. Ya seas un prodigioso literato, un aficionado, o un escritor de contenido profesional, seguramente tendrás que enfrentarte al bloqueo del escritor en algún momento de tu carrera.
LOS DISTINTOS TIPOS DEL BLOQUEO DEL ESCRITOR
Al igual que pasa con otras afecciones de la mente, el bloqueo del escritor puede llegar por diversos factores y de muchas formas. Además, algunas causas del bloqueo del escritor necesitan diferentes remedios.
Aquí hay algunos que hemos encontrado:
1. MIEDO A LA EXPOSICIÓN
Muchos escritores se quedan en blanco cuando imaginan a su futura audiencia leyendo obras emocionalmente crudas o intelectualmente atrevidas. A menudo es útil imaginar a nuestra audiencia objetivo mientras escribimos, pero si esa audiencia se vuelve muy crítica, puede terminar con nuestro proceso de escritura.
SOLUCIÓN
Si sufres este bloqueo, hazte la promesa de no compartir lo que has escrito hasta que lo hayas revisado cuidadosamente. Escribe para ti, sabiendo que la mayor parte de lo que escribes no se hará público. El truco está en separar el yo creativo del yo ansioso y más tímido.
Otra idea es seguir la estrategia de John Steinbeck de escribirle a una persona. Escoge a una persona a la que dirigir tu trabajo (suele ser obvio a quién) e imagínala en tu cabeza mientras escribes. Escribe para ellos, no para las multitudes y verás cómo tu miedo se esfuma.
2. PERFECCIONISMO
Para muchos escritores, esto es lo que les mata: ¿quién no ha tenido miedo de escribir algo tan terrible que hace que nuestra página siga en blanco? Cuando el texto solo existe en nuestra cabeza, mantiene un nivel de perfección al que nuestro producto final no llegará.
SOLUCIÓN
Date permiso para escribir algo terrible. Solo escribiendo una montaña de trabajo horrible y mediocre llegarás a las piedras preciosas. Maya Angelou dijo una vez, “lo que intento hacer es escribir. Igual escribo durante dos semanas ‘tres tristes tigres comen trigo’. Y puede ser un material aburrido y hasta horrible. Pero lo intento. Cuando estoy escribiendo, escribo. Y entonces es como si las musas se convencieran de que lo estoy haciendo en serio y dicen ‘está bien, de acuerdo, ahí vamos'”.
Otra herramienta para luchar con el perfeccionismo es separar el creador del crítico. Si el crítico de tu cabeza te está diciendo “no escribas eso, es absurdo”, no conseguirás nada. Así que en su lugar, prométele al crítico que tendrá la ocasión de hablar en el momento oportuno y pídele que se mantenga en silencio mientras el creador trabaja. Ambas partes de la mente te lo agradecerán.
3. PROBLEMAS CON EL TRABAJO
El bloqueo del escritor a veces se describe exclusivamente por las dos causas anteriores. Sin embargo, la realidad es todavía más compleja. Algunos escritores se bloquean porque se complican o se pierden en su trabajo. Si la novela tiene un agujero en la trama que obliga al escritor a acorralarse, o si el escritor tiene la sensación de aburrirse cuando se sienta a trabajar, puede ser que el tema se haya desviado de lo realmente importante.
SOLUCIÓN
En este caso, el antídoto será parar de escribir y ver el conjunto. El escritor debería recordar aquellos momentos en los que el trabajo fluía: ¿qué funcionaba entonces y qué no funciona ahora? ¿Cómo cambiar el rumbo para encarrilar las cosas? Los escritores de ficción pueden apostar por los diagramas y el storyboarding.
Otra forma de afrontar este problema es a través de la estrategia de “hibernación” de Neil Gaiman. Ahí es donde el escritor guarda la obra durante días e incluso semanas, regresando a ella con la mente fresca. Otra opción es pedirle a un amigo o familiar que nos ayude y nos dé una segunda opinión.
Un enfoque totalmente distinto es seguir los consejos de Ernest Hemingway. Este escritor sugería terminar la jornada de trabajo cuando las cosas fluyen y van bien, no cuando estamos secos. Así empezaremos al día siguiente con inspiración, ya que tu subconsciente trabajará en la historia mientras haces otras cosas.
4. SIN IDEAS
¿Y si el escritor no tiene nada que escribir? Tal vez no sea el proceso de encontrar palabras lo que te está frenando, sino el problema de encontrar un tema. ¿De qué vale un escritor con talento pero sin un tema del que escribir?
SOLUCIÓN
Alimenta tu mente. Vete de viaje, lee los libros que normalmente no leerías, habla con un desconocido. Cuando sales de tu zona de confort, la creatividad aumenta.
¿Qué pasa si has probado lo anterior y tampoco así tienes ideas? Aquí la escritura libre puede ser de gran ayuda. Elige un cuaderno y escribe a mano, sin parar, durante tres páginas. Puedes escribir de cualquier cosa, por absurda que sea, pero no pares hasta completar las tres hojas. Haz esto día tras día, y de vez en cuando sacarás buenas ideas.
5. NO LLEGAS AL PUNTO
Te sientas en el escritorio, escribes unas palabras y de repente estás mirando al temido cursor parpadeante. Quieres escribir, pero sientes que no fluye y que te falta la espontaneidad de antaño.
SOLUCIÓN
A veces, obligarnos a escribir puede hacer que nos sintamos como cuando pasan las uñas por una pizarra. En estas situaciones, la mejor opción puede ser obligar a tu cuerpo a moverse y buscar nuevos estímulos: salir a caminar, ir al gimnasio, ir a la piscina. El cardio es un ejercicio excelente para el crecimiento de las células cerebrales, y cuando tu cuerpo empieza a fluir, tus ideas también pueden hacerlo.
También puedes seguir el consejo de Toni Morrison, que organizaba rituales antes de ponerse a escribir, como poner su CD favorito o hacer un cierto tipo de té. Esencialmente se **condicionaba para entrar en el modo de escritura cuando aparecían esos estímulos, provocando los estados de flujo que produjeron sus obras más importantes.
6. DISTRAERSE
Para muchos escritores, es un gran problema: están escribiendo, todo va bien, y de repente están mirando su Facebook. Muchos no consideran las distracciones un tipo de bloqueo del escritor, pero si te están impidiendo escribir, está claro que lo son.
SOLUCIÓN
Un clásico, apaga el wifi y pon el teléfono en modo avión. Si eres de los que se distraen de forma crónica, será tu única y mejor solución.
Si tienes fuerza de voluntad, puedes entrenarte para trabajar sin distracciones. Steve Pavlina diseñó un método para hacer grandes cantidades de trabajo en 90 minutos; si esto funciona con tu estilo de redacción, hazlo. Se parece al sistema de Anthony Trollope para escribir 250 palabras en 10 minutos, al que atribuye su habilidad para escribir de forma prolífica.
El bloqueo del escritor es un desafío y en ocasiones exasperante, pero es posible superarlo. El truco es diagnosticar correctamente el tipo de bloqueo de escritor que tienes, y buscar la solución apropiada.